Porque con el paso del tiempo, las máquinas, al igual que las personas, también acusan su cansancio, envejecen y mueren, el viernes 4 de noviembre quedó configurado e instalado el nuevo programador del reloj y toque de campanas de nuestra parroquia.
Todo un día de trabajo de los profesionales para que podamos disponer de un nuevo sistema con tecnología actualizada que sustituye al anterior programador ya obsoleto.
Una
tecnología que rompe aquello de que “no se puede estar en misa y repicando”, ya que con la aplicación en el teléfono móvil también se pueden hacer sonar las campanas.