Hoy toca felicitar a Raúl por su santo y felicitarnos porque forma parte de nuestra familia parroquial, acompañando y ayudando silenciosa y discretamente muchos momentos de la vida de la comunidad.
Si tuviéramos que componer un mosaico de fotografías, la primera secuencia de imágenes la formaría su presencia en la bendición de animales en la festividad de san Antonio. Tengo pendiente agrupar las fotografías de los últimos nueve
años que muestran cómo va creciendo en estatura.
Desde muy pequeño forma parte de la Colla de Campaners y se ha especializado en el arte de hacer hablar a las campanas hasta el punto de tener campana con firma propia, como pudimos ver en la última romería al Cabeçol.
Tras su primera comunión se convirtió en monaguillo con estilo propio. La pequeña túnica de los primeros tiempos tuvo que ser alargada primero y sustituida después por el incremento de estatura.
La última sorpresa nos la dio el día de Navidad, cuando el campanero y monaguillo pasó a ser organista, aportando música de la buena a la celebración. Mereció el aplauso de todos los asistentes.
Hoy toca felicitarle por su santo. Lo hago a título personal y en nombre de la parroquia de la que forma parte de manera tan eficiente. Damos gracias a Dios por el regalo que para todos nosotros es su persona. ¡Felicidades Raúl!